En 1926 se creó el colectivo arquitectónico "Der Ring", con miembros como Walter Gropius y Ludwig Mies van der Rohe. Ese mismo año, Ludwig Mies van der Rohe diseñó la silla más bella del siglo con una sola pincelada: la Silla Weißenhof. Un año después, en 1927, se presentó en la exposición Weißenhof de Stuttgart. En 1985, Stefan Wewerka la describió como "la más bella "construcción de sillas" desde el trono de Carlomagno" Los primeros bocetos estaban influidos por la silla de tubo de gas sin patas traseras creada por el arquitecto Mart Stam. Sergius Ruegenberg recordó el nacimiento de la silla Weißenhof en 1985: "Mies volvió de Stuttgart en noviembre de 1926 y nos habló de Mart Stam y su concepto de silla. Teníamos un tablero de dibujo en la pared, en el que Mies esbozó la silla Stam; rectangular, empezando por arriba"
El veredicto de Ludwig Mies van der Rohe sobre la silla de Stam: "Fea, algo realmente feo, con estos acoplamientos. Si al menos la hubiera hecho más redonda, habría quedado mejor", y dibujó un arco. Simplemente un arco de su propia mano añadido al boceto de Stam - eso hizo la nueva silla"
Sólo faltaba una cosa para complementar su extraordinaria forma: el asiento y su revestimiento. Ahí es donde intervino Lilly Reich, una diseñadora de interiores que trabajó en la oficina de Ludwig Mies van der Rohe desde 1926. A ella y a Mies se les ocurrió la idea de utilizar el mimbre para la silla Weißenhof. Junto con un maestro cestero, Reich desarrolló la nueva estética que perfeccionó la silla expansiva como obra de arte integral.
---