Para mis proyectos arquitectónicos, necesitaba un tirador cercano a mi forma de diseñar: un objeto silencioso con buenas proporciones que desempeñara su papel con carácter, pero sin ser prepotente. El punto de partida del proyecto estaba vinculado a la idea de la estética industrial más que a la decorativa. Quería un aspecto depurado, casi un arquetipo.
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