Empezamos con un módulo ligero de dos puertas, luego añadimos un cajón sin tapa, una encimera con una singular pata y así, poco a poco, este aparador de dos puertas, un cajón y un hueco de cristal se fue construyendo a sí mismo. Todo encaja al milímetro en este juego de equilibrio que busca el movimiento con la alternancia de colores, formas, materiales y acabados.