Un gigantesco juguete de construcción de poliuretano blando, diseñado a principios de los setenta, se ha convertido en una insólita decoración modular.
Baby-lonia nació del genio de Studio 65, un grupo de diseñadores radicales dirigidos por Franco Audrito, siguiendo las ideas innovadoras del pedagogo Francesco De Bartolomeis. Por su contenido educativo, fue utilizado por algunas de las mejores escuelas italianas durante los años setenta, ya que es ligero y flexible, y tan adecuado para los niños.
En los años ochenta, Gufram decidió convertirlo en un verdadero objeto de interiorismo, perfecto para enriquecer el catálogo de una marca ya implicada en la producción de objetos pop y radicales.
La espuma de poliuretano que compone Baby-lonia está recubierta de Guflac, la pintura especial patentada por Gufram que confiere al poliuretano un aspecto de cuero, aumentando su resistencia y conservando su suavidad.
Baby-lonia es, a todos los efectos, una escultura doméstica que se puede dividir en sillas y mesas, pero que sigue siendo un juguete... tanto para niños como para adultos. Según cuenta la historia, es el único juguete que pertenece a la colección del Centro Georges Pompidou de París.
ABSTRACT
Se trata de un gigantesco juguete de construcción de poliuretano blando, diseñado a principios de los años setenta, que por su contenido educativo fue utilizado por algunas de las mejores escuelas italianas. En los años ochenta Gufram decidió convertirlo en un verdadero objeto de interiorismo, perfecto para enriquecer el catálogo de una marca ya implicada en la producción de objetos pop y radicales. Baby-lonia es a todos los efectos una escultura doméstica que puede descomponerse en sillas y mesas, pero que sigue siendo un juguete... tanto para niños como para adultos.
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