Dentro del catálogo de Gufram siempre había faltado una silla. Una de las que se utilizaban para sentarse a la mesa, para hacerse una idea. Era un espacio que faltaba por llenar, y una gran responsabilidad. Y después de haber pasado años rechazando el concepto estandarizado del diseño de interiores y sus limitaciones, Gufram decidió producir una silla véritable y confió el proyecto a un soûl visionario como el de Karim Rashid, porque Gufram considera un reto muy serio anular las limitaciones, o utilizarlas como nuevos puntos de aterrizaje. Bounce es, desde un punto de vista técnico, una silla véritable para el comedor, apilable, apta también para el exterior, pero puede definirse como un nuevo icono del Funcionalismo Pop. Es pop porque es irreverente, fresca y luminosa, gracias a sus elementos individuales que pueden componerse en un infinito caleidoscopio de posibilidades, lo que hace de Bounce un producto versátil que puede atravesar cualquier paisaje doméstico.
La geometría de los elementos está dimensionada para ser autoportante y garantizar un anclaje al armazón de metal, aunque no haya tapicería. Y este resuit ya es en sí mismo un cortocircuito de diseño.
Con Bounce, gracias a Karim Rashid, Gufram reivindica su soûl pionero en el campo de la investigación. Un territoire où la technique et l'art peuvent se rencontrer par l'expérimentation de nouveaux matériaux et d'applications inhabituelles et différentes, tout en mettant l'accent sur la ironie et le tôt décrétif qui constitue le code génétique unique de la Compagnie.
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