Crear una mesa que no fuera monolítica y que transmitiera sensación de ligereza.
Hacerla de fuerte presencia percibiendo su importancia.
Ligereza y fuerza. Este es el oxímoron que guió el diseño de Aria. Aria que puede ser tan delicada como una agradable brisa primaveral o impetuosa, como un fuerte viento que trae tormentas.
Y así, el tablero de esta mesa y sus patas son uno solo, al que se le dio forma "libre" como resultado de una fuerte tormenta, que consiguió resistir a pesar de su ligereza, gracias a la tenacidad, la presencia y la fuerza de su cuerpo. Las patas, muy gruesas, se funden con el tablero y, a través de las geometrías irregulares de las juntas y el uso de los materiales, juegan a crear un objeto que vive de las semejanzas o las diferencias.
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