Un parche de océano azul se expande horizontalmente, verticalmente, transversalmente domina nuestra vista. Tonos de azul cian, turquesa, aguamarina, cerúleo acercándose al verde de las extensiones marítimas, papel de azúcar y azul aciano en sus tonos más fríos.
Y para romper el cuadro de colores marinos y de un agua rebelde, heterogénea, azotadora, luminosa y un tanto inquieta, unos signos bruñidos que parecen dibujados con mano humana: grietas volcánicas, grafemas y signos que devuelven a la superficie de la Tierra y perfiles de sirenas y ballenas, reinas de las profundidades.
Material: cobre.