El satén, un clásico de los tejidos de decoración, adquiere una textura delicada en esta interpretación. Una opacidad bien equilibrada define la superficie de aspecto lanoso. Los colores sutilmente moteados y teñidos por piezas evocan recuerdos, lugares e imágenes personales. Lavable e ignífuga, tiene una caída generosa y distintiva. Adecuada para cortinas con ribetes contrastados o composiciones tono sobre tono.
---