Breeze, brisa, renovación, ventilación de espacios, suavidad en las líneas, tenuidad en la ambientación contrapuesta a la rotundidad de los decorados.
La colección Breeze pretende articular el espacio en torno a una concepción horizontal muy diluida de las líneas de expresión, en modo brisa reiterada y uniforme que comporta un relax contemplativo en el día al día .
Pero en contraposición a lo delicado, Breeze ofrece una variedad de ambientes decorativos que contrastan, por vigorosos, con su línea de delicadeza conceptual.
Rosas exuberantes, frondosas, casi tangibles, rosas de siempre con los prefijos de hoy, rosas incansables como regalo cotidiano. Rosas lavanda, azuladas, bermellonas, conjugadas armónicamente con la expresión general de la colección.
Y círculos, o burbujas, o planetas traviesos. Orbitando en torno al buen gusto, a una alineación estudiada no sólo para gustar sino para convencer, para ir más allá de una mera conjunción de círculos de tonos tranquilos.
Un collage de piezas de menaje en las que predomina la transparencia imposible del cristal, entremezcladas con motivos verticales y horizontales en un ajedrezado que llena pero no vicia la mirada en ningún caso.
Y piezas como lienzos, con la definición de los mejores paisajistas. Un barco varado en el atardecer, un bodegón tan inclasificable como sugerente, una duna colonizada por la vegetación. Minuciosidad al servicio de una perspectiva amplia, lienzos insertados en un baño con incrustaciones de pinacoteca..
Breeze, esa brisa invisible que no deja de estar presente en el conjunto de una colección inimitable por ecléctica.