El cabecero de Calvin se extiende hacia fuera como una flor que se abre al sol. Esta forma redondeada y protectora abraza el espacio, dirige y refleja la luz y transmite elegancia y confort.
Calvin cambia de aspecto según el tapizado, la altura del somier y los accesorios elegidos para embellecerlo. Los pies suavemente cónicos añaden un elemento de gracia y armonía.
Es una cama que nunca deja de atraer miradas de admiración, sea cual sea el entorno estilístico.
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