Con la forma de esta lámpara colgante de porcelana, que se hizo famosa como Porcelight P14, el diseñador danés Erik Magnussen dio un golpe de efecto óptico en 1982. La visión de la lámpara tranquiliza -ya sin luz-, más aún cuando la luz a través de la porcelana translúcida de la pantalla ilumina la habitación.
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