La forma geométrica y la función más simple
Un asiento se convierte de repente en un cómodo sillón reclinable: DS-266 condensa más de 30 años de trabajo del diseñador Stefan Heiliger en una escultura muy individual caracterizada por el amor a las formas geométricas y las funciones más sencillas. Basta con cambiar ligeramente el peso del cuerpo para que la persona que estaba sentada en posición erguida adopte inmediatamente otra postura: el paralelogramo obedece sin concesiones. Un aspecto de patchwork magistralmente elaborado confiere a este híbrido escultural su elegante redondez.
Stefan Heiliger es uno de los diseñadores de muebles más conocidos de Alemania: como hijo de Bernhard Heiliger, uno de los escultores alemanes más importantes de la posguerra, siempre sabe cómo dar a sus diseños de muebles un aspecto escultural. Lleva más de 30 años pensando en sentarse, y para Heiliger no se trata sólo de funcionalidad y ergonomía, sino también de un sano pragmatismo. Estos muebles no están destinados principalmente a museos o galerías, sino a la producción en serie y a la persona que se sienta a gusto en ellos.
Las formas fluidas y curvas de sus asientos los convierten en esculturas que ofrecen placer y relajación a quienes se sientan en ellos. Su creación, DS-266, no es un lugar para sentarse o tumbarse, sino un híbrido que permite ambas cosas en uno: ligeros desplazamientos del peso corporal o una suave presión sobre el respaldo le dan siempre la forma y las prestaciones deseadas. Cualquiera que
dS-266 también verá un puño cerrado en la posición sentada que puede transformarse en una mano abierta cuando se utiliza como sillón reclinable.
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