La nueva conveniencia y las posibilidades expresivas son traídas al comedor por la butaca de Frank por Piero Lissoni, inspirado libremente por los muebles escandinavos. Su diseño une tres elementos distintos en un conjunto indisoluble armonioso: la suavidad, envolviendo la parte posterior SHELL-formada, las piernas sólidas, robustas del metal que ganan gracias del ímpetu a la sección variable de la pierna, que es primero circular y entonces cuadrado apoyar más firmemente, y el alto grueso del asiento con las correas elásticos, proporcionando confort superior.
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