El flameado es un proceso superficial que confiere a la piedra un aspecto ligeramente "áspero" manteniendo la elegancia y el refinamiento. La piedra flameada, de hecho, se adapta perfectamente a los ambientes modernos, como los rústicos, y también a los pavimentos de los centros históricos. Dependiendo del efecto deseado, puede combinarse con otros procesos, obteniendo así suelos flameados y punteados o flameados y rayados.
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