La idea de "Murano Sottovuoto" (Murano al Vacío) nació del pesar de ver un vidrio de Murano, enteramente hecho a mano con una notable complejidad ejecutiva, vendido por unas decenas de euros.
Fabio Fornasier quiso dar el justo y merecido valor al mismo vidrio, descontextualizando su uso original, disolviéndolo de nuevo en el horno, hasta dejarlo fino, sin vida, y fijando después, al vacío, las formas e incluso las diminutas imperfecciones, que hacen que cada pieza sea única. La araña se convierte en un homenaje a una tradición centenaria, constatando el trabajo refinado, desde una perspectiva inédita y aplastada, al igual que el propio Murano y el arte del vidrio están oprimidos por mil problemas y una fragilidad del sistema. Fabio Fornasier, al aspirar el arte del vidrio, lo preserva indefinidamente y también hace una declaración de amor total por él. Su araña es un objeto de diseño súper contemporáneo, pero derivado de la sabiduría ancestral.
---