El barco pirata es un imán para el juego de los niños, que atrae una y otra vez con su oferta de juego inmensamente variada, por encima y por debajo de la cubierta. Las opciones de abordaje son infinitas, con tablones que pueden treparse verticalmente, redes y tacos de escalada. Todo ello entrena la coordinación transversal y los músculos de los niños. Las numerosas actividades de manipulación: prismáticos, cañones, la rueda, estimulan la tactilidad y la motricidad fina e inspiran horas de juego dramático. Además de ser muy divertido, favorece el desarrollo cognitivo y las habilidades socio-emocionales de los niños. Además del juego dramático, los niños desarrollan sus habilidades físicas. Una vez en la cubierta, los niños pueden tomar más caminos para cruzar o bajar. El tobogán hace cosquillas en el estómago y añade emoción. Además, entrena el sentido del espacio de los niños. El juego de los piratas tiene beneficios para el desarrollo en el barco.
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