La idea de refrigerar un edificio durante la noche surgió probablemente al mismo tiempo que la de calentar una casa. Ya en la Edad Media, en el sur de Europa y Oriente Próximo se colocaban contraventanas de madera con rendijas o pequeños agujeros delante de las "ventanas" para evitar que el edificio se calentara demasiado.
Aunque en nuestras latitudes, con las temperaturas que predominan aquí, este tema no fue prioritario durante mucho tiempo, en la arquitectura moderna se atribuye un papel importante al aire acondicionado y al intercambio de aire.
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