La mesa Versilia se inspira en una forma arquitectónica. De hecho, se caracteriza por un par de arcos longitudinales, cada uno de ellos formado por dos finos componentes recubiertos de cuero y unidos de tal forma que se convierten en una auténtica viga.
Entre estos dos arcos paralelos, que definen los lados largos de la mesa, se encuentra el tablero: una "cinta" de madera que se pliega sobre los lados cortos y crea las costillas de la cabeza.
Una sólida estructura de puente que permite crear mesas grandes totalmente utilizables, ya que las patas finas y angulosas representan un estorbo mínimo y permiten utilizar libremente el espacio para las sillas a lo largo de los dos lados de la mesa.
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