La motivación inicial fue el deseo de abandonar los modelos de construcción habituales, en los que el ensamblaje lógico de base, hombros y parte superior dicta la ley y da lugar a las habituales formas cuadradas.
Amalfi nació del deseo de salir de este límite formal: un contrachapado curvado de fabricación exclusiva conecta la parte horizontal y vertical del mueble. La unión se desplaza a otra parte, los lados se liberan de la perpendicularidad..
El mueble sin aristas, por excelencia. Formas reinventadas para ir más allá de los clichés habituales. También en los acabados.
Las formas redondeadas de Amalfi recuerdan a los años 50, la edad de oro del diseño italiano.
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