Una cama que narra cómo hemos cambiado, tanto nosotros como nuestros hogares. El cabezal acolchado, generoso y suave como el respaldo de un sofá, nos recuerda que el dormitorio no es solo un lugar para dormir, sino un espacio en el que transcurrir gran parte de nuestro tiempo con un libro, el ordenador o una taza de café: instrumentos de trabajo y accesorios de relajación que se pueden colocar en la bandeja específica lateral que se convierte en una cómoda superficie de apoyo.