En el interior de España todavía se pueden encontrar las tradicionales horcas, llamadas “horca”. Los brotes de los árboles jóvenes de almez se estiran hasta formar un dispositivo a medida que crecen, de modo que todas las ramas apunten en una dirección. El producto terminado se “cosecha” después de cuatro o cinco años. Una horca así se encontraba desde hacía años en Auerberg, como un objeto. Entonces surgió la idea de darle una nueva función. Nuestro “armario español” se ha convertido en nuestro “armario español” gracias a una base de acero cuya sencillez corresponde a la belleza natural del tridente. Base de acero de 10 mm, antracita, con recubrimiento en polvo