El puente saltarín es un juego social o individual que atrae a todos los niños una y otra vez. Saltar con otros es un verdadero desafío: cuando los niños encuentran el ritmo de salto en cooperación, pueden catapultarse mutuamente en el aire, lo que ejerce una gran atracción y provoca muchas risas. Además de ser muy divertido, el puente saltarín ayuda a desarrollar importantes habilidades motoras, como el equilibrio y la coordinación. La densidad ósea se construye en la infancia y las actividades de soporte de peso, como los saltos, son perfectas para apoyar ese desarrollo. Al jugar en el puente saltarín se ponen a prueba las habilidades de cooperación, negociación y comunicación de los niños.
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