Los niños pueden balancearse suave o salvajemente, tumbarse, estar sentados o incluso de pie en la hamaca de cuerda. Los niños de todas las capacidades disfrutarán de la capacidad de respuesta y la interacción social en la hamaca. Empujar y tirar de los amigos de un lado a otro es divertido y también desarrolla la fuerza de los brazos. El movimiento de balanceo favorece importantes habilidades motoras como el sentido del equilibrio y el sentido del espacio. Los movimientos rítmicos favorecen la comprensión del ritmo. La combinación de estas tres habilidades contribuye a la capacidad del niño para navegar por el espacio con seguridad, por ejemplo, al juzgar las distancias y la velocidad en el tráfico. El sentido del equilibrio es fundamental para todas las demás habilidades motrices y ayuda a la estabilidad motriz del niño: evitar caídas y poder permanecer sentado durante más tiempo.
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