La experiencia cinematográfica se vive normalmente a través de dos sentidos: la vista y el oído.
Queriendo ir aún más lejos que el cine tradicional, hemos añadido un tercer sentido: ¡sentir!
En el 90% de nuestras realizaciones de salas de Home Cinema de gama alta, bajo las patas de las butacas de cine instalamos vibradores sobre los que se apoya cada fila de butacas de cine. Así, el vibrador queda fijado entre el suelo y la pata de la butaca.
Estos vibradores están programados para ponerse en marcha en función del nivel de graves de la película (disparos, explosiones, monstruos de todo tipo...)
Tomemos como ejemplo una explosión en la película: La ves en la pantalla, la oyes por distintos altavoces de la instalación y a partir de ahora, de forma perfectamente sincronizada, vas a sentirla físicamente en la butaca, como si temblara el suelo del cine. De hecho, la vibración sube desde el suelo y se propaga de forma muy difusa y sutil por todo el armazón de la butaca, sin poder identificar de dónde procede. Por tanto, la mente amalgama lo que ve, oye y siente
Cada explosión, cada impacto de un disparo ¡lleva todo a otro nivel! Puede ajustar la intensidad de las vibraciones con un simple clic en el mando a distancia táctil, o incluso desactivarlas
La incorporación de vibradores viene a complementar a la perfección el subwoofer, pero no puede servirle de sustituto. La impresión que da puede hacer pensar que hay 10 subwoofers en la habitación (cuando sólo hay uno...)
Ya está avisado: saltará, pero ¿no es ésa la cuestión?
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