Como en una auténtica sala de cine, recomendamos instalar los altavoces FRONTALES detrás de la pantalla (altavoces izquierdo, central y derecho y el subwoofer). Para ello, es imperativo que el tejido de la pantalla sea acústicamente transparente (es decir, que deje pasar claramente el sonido). La colocación de los altavoces es óptima, ya que están perfectamente alineados detrás de la pantalla sin diferencia de altura. La fusión entre la imagen y el sonido es perfecta. En cuanto el actor habla, el sonido sale de su boca al mismo tiempo (y no de un altavoz colocado debajo de la pantalla como se ve con demasiada frecuencia). Esta es otra diferencia entre una instalación de cine en casa y la creación de una auténtica sala de cine privada. Cada detalle cuenta.
Una pantalla curva aporta un acabado más cinematográfico (recuerda a las grandes salas de cine públicas) y, en algunos casos, instalamos una retroiluminación detrás del marco que recorre todo el contorno de la pantalla. De este modo resaltamos la curvatura de la pantalla que, de otro modo, no se vería en la oscuridad.
Técnicamente, una pantalla de cine curva también permite compensar el efecto trapecio (también conocido como efecto cojín) de la imagen en las grandes bases de la pantalla (con mayor frecuencia superiores a 3m50). De este modo, es menos probable que la imagen se salga de los 4 lados del marco de la pantalla.
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