Su apariencia robusta es inversamente proporcional a la elegancia y atemporalidad que consigue aportar a los espacios. Baltimore, transmite resistencia y dureza a la vez que garantiza una belleza exquisita a las estancias en las que se instala gracias a la naturalidad de sus tonos grises y ocres.
Este producto de apariencia cemento encaja a la perfección con aquellos ambientes a los que se le quiere dar un estilo industrial, una estética que no pasa de moda en el sector de la arquitectura y diseño.
Sus cuatro tonalidades – White, beige, natural y gray – ofrecen una gran variedad de opciones estéticas ya que se adapta a todo tipo de mobiliario y gusto de cada persona.