Las ciudades prosperan en espacios de reunión. Imagina el asiento público más pequeño del mundo, concebido como un punto de encuentro social. Su diseño minimalista lo convierte en un elemento visual impactante en el paisaje urbano, un objeto abrazado sin esfuerzo por los usuarios. Más allá de la ciudad, este mobiliario puede adornar sin problemas un patio escolar, dar la bienvenida a los visitantes a la salida de un museo o cine, y mucho más.