Lo que empezó siendo un simple garaje para una mesa de billar se ha convertido en una cueva de hombre de ensueño de dos plantas en Michigan. El sótano exhibe con orgullo dos Porsches, mientras que el segundo nivel cuenta con un impresionante bar privado de cristal, todo iluminado con luces LED. Con nuestra textura Herma, las patas en cascada del bar y los elegantes estantes de cristal añaden un toque de lujo al espacio. Esta impresionante transformación combina estilo, iluminación y pasión automovilística, creando un refugio personalizado tan llamativo como funcional.
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