Casi suspendido sobre el piso, con el más delgado de las piernas que mantienen un asiento grande, acogedor. Jonas Wagell se imagina una familia de sofás, inspirada por la suavidad, curvando la forma de un semicírculo: esta pequeña colección, de la butaca al sofá al sillón, se llama Roma, una referencia fuerte a la esfera clásica en la cual se arraigan sus líneas. Con citaciones a partir de años 50 diseñe, no de la afectación, pero de la inspiración clara, este diseño es “clásico” por naturaleza, y no sólo en nombre.
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