Las cuestiones relativas al tratamiento del agua, los requisitos reglamentarios y los retos de mantenimiento pueden hacer desaparecer las promesas de rentabilidad de su nuevo jacuzzi.
Desde el momento de la compra, debe tener en cuenta la visión a largo plazo determina el éxito de una bañera de hidromasaje o jacuzzi.
Aunque la normativa sobre la calidad del agua es cada vez más estricta, las sanciones administrativas no son el único riesgo al que se enfrentan los operadores de instalaciones públicas descuidados.
Hoy en día, los visitantes preocupados no dudan en compartir sus quejas en las redes sociales, lo que puede socavar rápidamente una reputación consolidada.
Por eso, si la elección de un jacuzzi es importante, la selección de un método de filtración y un sistema de tratamiento bacteriológico es crucial. Sin embargo, los fabricantes y vendedores de bañeras de hidromasaje o jacuzzis suelen descuidar estos parámetros esenciales.
Muchos clientes se centran en el diseño y el precio, cuando son los elementos menos visibles de un jacuzzi los que exigen más atención y un presupuesto sin concesiones.
Varios parámetros influyen en la calidad del agua:
Propiedades del agua de llenado
Es necesario calentar el agua a 38ºC para inhibir el crecimiento bacteriano
la regulación del pH suele estar ausente
Un tanque de madera genera una importante liberación de taninos
Las instalaciones exteriores están sometidas a una cantidad importante de materia orgánica (hojas, polvo, polen, contaminantes diversos, etc.)
Múltiples usuarios
Duchas aleatorias: la contaminación bacteriana procede principalmente de los bañistas
8 años de experiencia y más de 100 instalaciones en Francia avalan la fiabilidad de un sistema innovador diseñado específicamente para los jacuzzis y bañeras de hidromasaje instalados para uso comercial.
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