Las piscinas de inmersión son una forma excelente de refrescarse después de un tratamiento térmico. Las piscinas de inmersión acompañan a los spas, saunas o salas de vapor para disfrutar de la sensación de pasar de un ambiente intensamente cálido a otro gélido en cuestión de segundos. Al enfriar rápidamente el cuerpo, se estimula la circulación sanguínea, se cierran los poros y se desintoxica. Las piscinas de inmersión también adormecen las articulaciones y son eficaces para reducir el dolor, aliviar los espasmos musculares y ayudar a minimizar la inflamación muscular.
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