A veces una simple luz de techo puede decorar un ambiente.
Parte de esta premisa Carro, una lámpara perfecta en su estabilidad entre esencialidad y precisión, con sus dobles volúmenes y acabados.
Casi elemental en la versión en vidrio soplado liso, suntuosa en la elección de la variante en balotton, dibuja con juegos de refracción las bóvedas de sus ambientes.