Desde lejos, los barqueros oyen el aullido. Es el viento. Sopla con fuerza presagiando alerta. Las aguas de los ríos se levantan agitadas y forman olas. Vigoroso, el banzeiro pide paso. En un ballet rítmico, el fenómeno natural característico de los ríos de la región amazónica exhibe su coreografía. El lenguaje sinuoso invoca el respeto a la naturaleza y guarda leyendas cultivadas en la oralidad de las comunidades indígenas y ribereñas. En la creencia de la tribu Tukano, la humanidad se generó en el Lago de Leche, vientre materno de todos los pueblos. La "Gente Peixe" llegó a bordo de la canoa-serpiente navegando por los ríos Negro y Amazonas. Hay quien dice que ella - zigzagueante sumergida - es la causa del banzeiro, inspiración de la mesa homónima de esencia orgánica. La estructura gira en intrincadas líneas y desborda movimiento. La poesía del ir y venir de las aguas moldea la madera y da forma a la escultura. "Nada curumim grita el pescador Vaqueiro do Boi Tupi Tu canoa se ha inundado Era un plátano formado por la gran serpiente que vi, que me trajo al lecho del río Era el tucuxi boto" (Bené Siqueira)
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