Tiene la función de ejercitar una serie de estímulos en la planta de los pies, en todo el pie y en los tobillos. Un estímulo térmico induce la piel y los vasos sanguíneos superficiales a una reacción de contracción debida a la variación de la temperatura, pasando de una cubeta de agua caliente a una cubeta de agia fría, porque la alternancia entre dilatación y contracción constituye una verdadera y propia gimnasia capilar, un entrenamiento para la circulación sanguínea.
Un estímulo mecánico a través del movimiento de los pies que se levantan y se bajan enérgicamente. El agua masajea todas las zonas de reflejo de los pies. La superficie del pavimento presenta asperezas, haciendo que el estímulo mecánico sea aún superior. El tratamiento está dividido en dos partes: la más larga con agua caliente a unos 38°C, y la más corta con agua fría (ya que la reacción del cuerpo al frío es mucho más rápida respecto a la reacción que tiene ante el aumento de la temperatura).