Pensadas para volúmenes intermedios y áreas domésticas, GT7 tiene mayores dimensiones, que obligan a reforzar su estructura y a complementarla con un disco superior metálico además del disco difusor inferior. Santa & Cole ha defendido el uso de las pantallas encintadas para vestir todo tipo de fuentes luminosas, explorando materiales y jugando con colores y tonalidades
GT7 es aparentemente similar a GT5 pero con mayores dimensiones, que obligan a reforzar su estructura y a complementarla con un
disco superior metálico, próximo a sus tres fuentes de luz, además del disco difusor inferior. La lámpara de suspensión GT5, de 1994,
fue la primera de una numerosa familia que nació como alternativa al uso de cartulinas, metacrilatos o pantallas textiles continuas,
recuperando artesanías olvidadas mediante sus cintas de algodón hechas artesanalmente. Después vino la GT6 y más tarde las
grandes GT7, GT1000 y GT1500, pensadas para su uso público por su gran formato.
Encintada de forma manual, una tras otra, Santa & Cole sigue defendiendo el uso de estas pantallas para vestir todo tipo de fuentes
luminosas. En la búsqueda de los matices idóneos, colaboramos con el estudio Raw Color de Eindhoven (Holanda), dando lugar a
nuevas cintas. Con tres hilos de distintos acabados que formaron nuevos colores: un caliente teja, un tostado mostaza y un boscoso
verde que se suman a los colores básicos de la colección de cintas de algodón, en vigor desde 1994: blanco crudo, rojo ámbar y
negro.
Esta es una colorista familia que sabe cambiar de escala sin alterar su esencia, creando ricos matices lumínicos. Encendidas, estás