Cristina Celestino diseña para Saba el nuevo sistema de asientos Gala inaugurando así su colaboración con la empresa.
El proyecto responde al deseo de investigar el sofá como lugar, y no solo como mero producto funcional, y a la voluntad de desmaterializar el propio concepto de sala de estar tradicional y crear un sofá con un fuerte componente de diseño iconográfico.
El «sofá» es un lugar de intercambio, genera nuevas experiencias y da forma a los interiores. Con una sutil referencia a la atmósfera retro-futura de los sofás de vivir de los interiores de los años 70, la nueva colección explora la flexibilidad del acolchado con un volumen no gender, escultóreo y sofisticado que se presta a interpretar diferentes visiones de interiores, desde contextos habitacionales hasta hosteleros. La espina central forma un tabique vertical que dibuja curvas plisadas preparadas para acoger, tanto por delante como por detrás, pufs de diferentes profundidades.
Son muchas las configuraciones posibles que dan vida a un sofá «híbrido» y flexible con el que interactuar.
El nombre Gala se asocia en el imaginario colectivo al concepto de elegancia y sofisticación, pero Gala también es un ornamento, una decoración realizada con una tira de tejido fruncido y, en nuestro caso, la Gala se convierte en la estructura del acolchado mismo. Gala es también uno de los planetas de La Guerra de las Galaxias y un homenaje indirecto al mundo de las estrellas, el optimismo y la vanguardia que caracterizó aquella época.