La Silla Giratoria es una herramienta sin concesiones en la que priman la comodidad y la ergonomía. La barra superior, de madera maciza y retorcida como una hélice, se separa del resto del armazón y se completa hasta el límite de lo posible para aprovechar al máximo las ventajas ergonómicas.
Wegner se inspiró en la crítica del consultor, profesor y doctor en medicina Egill Snorrason PhD, dirigida a todo el sector danés del diseño y el mobiliario por no prestar atención a la ergonomía. En su crítica, sin embargo, Snorrason había señalado que la Silla Cuerno de Vaca de Wegner era un buen ejemplo de ergonomía bien hecha, que se tuvo en cuenta al diseñar la Silla Giratoria.
Al igual que otros muchos diseños de Wegner, la Silla Giratoria debía ser fabricada por artesanos sin pensar en la producción industrial para minimizar costes.
Supone un gran reto para el carpintero, el tapicero y el herrero, ya que exige un trabajo que requiere mucho tiempo y que no debe comprometerse en modo alguno.
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