Alimento para la reflexión, para investigar nuestro vínculo profundo y eterno con la naturaleza, nuestro "mundo de pertenencia": así es como a Marcantonio le gusta definir sus alfombras Terra (Tierra) y Cielo (Cielo).
Un bosque en flor bajo un cielo despejado, poblado de leones y guepardos, bisontes y antílopes, y un cielo azul rodeado por las verdes frondas de los árboles sobre las que se posan pájaros de colores. Alfombras de fibra sintética impresas en cuatricromía que reproducen escenas de flora y fauna "de tierra" y "de cielo": una forma de tener presente que los animales y plantas con los que hoy compartimos el planeta no son demasiado distintos de los que hace unos milenios podríamos haber encontrado paseando por el bosque o de los que habríamos visto alzando la cabeza al cielo en busca de un rayo de sol.
Un entorno natural deliberadamente representado a la manera típica de los frescos renacentistas, una época en la que, por primera vez, la naturaleza se concibe en "clave moderna" como un todo vivo, íntimamente ligado al hombre.
Disponibles en dos tamaños rectangulares -pero ampliamente personalizables-, las alfombras Cielo y Terra tienen un borde de cincha y un soporte de fieltro que protege las superficies y garantiza la máxima estabilidad.
Las alfombras perfectas para cualquiera que crea en el poder relajante de la naturaleza.
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