El vidrio es un elemento que, de simple decoración, está sustituyendo paulatinamente a los elementos estructurales en los entornos públicos y privados, alterando la percepción de la visibilidad, eliminando todo obstáculo visual y amplificando nuestros sentidos.
Estamos a merced de una especie de desmaterialización de los elementos que conforman los espacios domésticos y públicos, donde el vidrio se está convirtiendo en el principal protagonista: paredes, parapetos, escaleras, suelos, techos; pasando al mobiliario, las sillas, mesas y muebles de vidrio están a la orden del día.
Aquí está Invisible, la cabina Hammam que, según el cristal elegido, desaparece en la habitación: en la versión transparente o extraclara es casi imperceptible, en la versión de cristal reflectante o ahumado crea efectos de espejo al reflejar el entorno.
En este nuevo escenario, Invisible, la cabina de hammam, consigue integrarse perfectamente en el entorno doméstico y hotelero gracias a la variedad de cristales, que pueden hacerla desaparecer en el interior de la habitación: en la versión transparente o extraclara es casi imperceptible, en la versión de cristal reflectante o ahumado crea efectos de espejo al reflejar el entorno.
Uno de los puntos fuertes de este producto es la gran versatilidad de las soluciones, ya que Invisible puede realizarse al centímetro y puede instalarse en la pared, en esquinas y en nichos, incluso sobre platos de ducha preexistentes.
Cabe destacar que, al no ser necesaria la presencia de un plato de ducha, el producto también puede instalarse en el suelo.