Si el orden es el placer de la razón, el desorden es el deleite de las emociones. Lo que parece confuso y desordenado puede, en una mirada, adquirir un nuevo significado, capaz de inspirarnos y encantarnos. El espejo de la mirada nos cuenta esa historia, la encrucijada de la vida, y la razón entre el caos. El concepto de espejo desfragmentado saca a relucir su fondo de oro más noble, donde su belleza única proviene de atreverse a arriesgar y desafiar lo convencional.
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