"Estas 'golosinas' aciduladas me recuerdan a las golosinas de mi infancia y me devuelven el deseo de ver, tocar, saborear, oler... De la legendaria destreza de los maestros vidrieros situados en los alrededores de Praga (República Checa), al saber hacer inmemorial de los escultores del vidrio, nace un vidrio de colores brillantes y reflejos centelleantes... ¡mágico!"
Marie-Lise Féry
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