Una materia eterna cuya autenticidad, sensual y elegante, se actualiza en ambientes modernos.
Plena, irregular, viva. La colección evoca a una pizarra partida, piedra tàpica de Europa del Norte, pero muy difundida también en el centro de Europa, sobre todo en Francia y Bélgica.
Una precisa elección cromàtica ha seleccionado tonos neutros y contemporàneos que se ponen al servicio de la vivaz materialidad, protagonista absoluta de la colección. La delicadeza de los colores elegidos aporta una fuerte sensación de luz al espacio que se opone a la dureza de la piedra.
La experiencia de Florim consigue unir en un juego de efectos ópticos la textura tridimensional a los movimientos gràficos, para volver contemporànea una materia eterna aportàndole una nueva vida.