La luminaria emite una suave y difusa luz dirigida hacia abajo sin deslumbramiento. Al encenderla, la luz se intensifica hasta un nivel fijo, y, cuando se apaga, se atenúa gradualmente. Posee, además, una función de temporizador que permite apagarla automáticamente tras cuatro u ocho horas encendida. Asimismo, ofrece una amplia distribución de la luz para su tamaño relativamente pequeño, y el interior de la pantalla, pintado en blanco, ayuda a reflejar la luz de manera agradable. Su atenuador progresivo permite ajustar la luz entre el 15% y el 100%, según el nivel que se desee. El brazo posee un ángulo estacionario de 15° y puede rotar 342° alrededor de la base, mientras que el cabezal puede inclinarse y rotar para dirigir la distribución de la luz.