Su aparente complejidad esconde una distribución tradicional de tres amplios cajones que se deslizan suavemente al abrirlos. Jugamos al despiste, al equívoco intencionado. Fabricado con maderas nobles, lo revestimos con un look divertido y transgresor sin perder de vista la funcionalidad intrínseca de una cómoda. Nos regocijamos en la algarabía de los juegos infantiles para buscar esa rebeldía propia de los eternos adolescentes que fingen entender su mundo de adultos responsables.