Mientras trabajaba en el concepto de un hotel en Marrakech, el diseñador tuvo la idea de este modelo, inspirado en el tradicional escabel marroquí. El proyecto no llegó a concretarse, pero nos cautivó el encanto oriental de esta pieza, llena de "zenitud", confort y bienestar. Noé Duchaufour-Lawrance, a través de su trabajo sobre el acolchado y el color, supo aportar el "valor añadido" creativo que ha enraizado el modelo en la modernidad, "para siempre".
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