Este damasco nos lleva en un viaje iniciático hacia un extraordinario jardín perfumado de mandragora y nardo rodeado de acacias plateadas y doradas, palmeras y helechos gigantes. Una selva imaginaria como las de los sueños de la infancia nos lleva a un mundo que podría estar habitado por Mowglie o Peter Pan, todo ello grabado en seda como un bosque mágico. Nos encontramos en un dosel hecho de hilos de oro y plata. Una gama de colores elegantes y de tonos cálidos tejida a partir de sueños intemporales de un Paraíso encontrado.
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