Livorno, con su diseño bicolor y su textura de cristal ligeramente martillado, representa la frescura del verano y las veladas inolvidables en el jardín y la terraza. El farolillo es soplado a boca y el cristal está tintado con un toque de color. Livorno debe lavarse a mano. Los restos de cera se eliminan fácilmente con agua tibia. Para evitar vigilar constantemente la vela mientras se consume, se recomienda rellenar el cuerpo de cristal con arena fina o un poco de agua. Así se reduce el riesgo de que el cuerpo de cristal se agriete cuando la vela se haya consumido.
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