Imaginamos que, idealmente, una "Phonebooth" debería ser simplemente la puerta de una sala de reuniones, nada más. Por eso, hicimos que la puerta de cristal fuera la protagonista y que el espacio del "Phonebooth" correspondiera a la proyección en el espacio de esta puerta. El resultado es que, si se mira de frente, no se percibe el volumen y podría entenderse empotrado contra la pared. Hemos buscado la mínima expresión para cumplir la función, sin más pretensión que esa.
Kall proporciona intimidad mediante pequeñas paredes laterales y una cortina translúcida, manteniendo la transparencia. El diseño también da prioridad a los aspectos ambientales y estéticos, creando un ambiente cálido en lugar de un espacio frío.
La tecnología está integrada para facilitar su uso, con controles electrónicos para la creación de escenas, el ajuste de la altura de la mesa, etc., ocultos tras mandos que simulan antiguos equipos Hi-Fi. La cabina está diseñada para la simplicidad, donde los usuarios proporcionan sus propios dispositivos, pero también hay disponible un sistema de control de pantalla táctil para las personas más conocedoras de la tecnología.
La familia Kall está disponible en varios tamaños. "S" es el más básico y estándar, con espacio para un taburete, "M" da cabida a un sillón bajo, y "L" es 30 cm más ancho y permite instalar un sillón giratorio como si fuera un salón, para una postura de trabajo mucho más relajada. Y luego está la versión "XL" de cuatro plazas. Todas ellas son modulares y pueden unirse para crear configuraciones especiales según las necesidades.
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