Cómoda y funcional, la silla de director es uno de los iconos del siglo XX que ha conquistado a los cineastas más aclamados por su practicidad: se pliega sobre sí misma y se puede desplazar con facilidad. Con el tiempo, la silla de director también ha cautivado a los diseñadores, desde Marcel Breuer en adelante, que se han aventurado en el estudio de este mueble, ya que es la verdadera esencia del concepto de diseño, en el que la estética está al servicio de la funcionalidad y viceversa. Contando con la capacidad de i 4 Mariani y con la investigación de los materiales más nobles llevada a cabo por la empresa, Umberto Asnago realizó con el proyecto Clap su personal interpretación de la silla de director. Elegante y minimalista, Clap es un concentrado de diseño y excelencia productiva.
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