El sillón Oliver es una pieza que recuerda el estilo de los años 50. Todo el asiento está envuelto en un acolchado en forma de rombo que confiere a las superficies un efecto tridimensional de claroscuro. La estructura que sostiene el asiento está formada por dos cintas metálicas que, adornadas por un trabajo escultórico hecho a mano, crean un agradable efecto geométrico. Este sillón se puede personalizar con tapicería en piel o tela, así como en los cromáticos acabados metálicos.
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